Nueve meses de ilusionada espera que se desvanecen en un segundo, el segundo en el que te enseñan a tu hijo y ves que no es lo perfecto que esperabas. Pasan por tu cabeza miles de pensamientos, pero la realidad es que está ahí, ya lo puedes ver, besar y abrazar y en ese mismo momento la fuerza viene a ti y vas a luchar por su felicidad.
Lo primero que se hace es buscar información, pero ¿dónde? Se releen las revistas que habías comprado durante el embarazo donde todo lo que te enseñaban era bello, pero ninguna de ellas te habla de este problema, de tu problema.
Buscas información en otros medios como Internet, y esto es lo peor que se puede hacer. Todos sabemos que las primeras páginas que ofrecen al mirar en un buscador, no es que sean más fiables, sino que son las más visitadas. Por lo que muchas veces aparece documentación negativa que te obsesiona y te hacer ver las cosas peor de lo que son.
Entre tanto tú ya estás con tu hijo en casa, dándole el pecho, cambiándole los pañales… y no quieres que a él le afecte tu preocupación; una preocupación entendible y lógica cada vez más, por esta sociedad tan competitiva en la que nos estamos convirtiendo. Pero en tu interior sabes que vas a hacer todo lo que esté en tus manos para tu hijo no sufra y viva una vida plenamente feliz como cualquier otro niño sano del mundo.
Por fin un día alguien te dice: “yo conozco a una persona que le pasa lo mismo” y tiene solución. Es ahí cuando se te abre el cielo y empiezas a localizar a esa persona, que a su vez te lleva a otro caso. Y al final acudes a un especialista que lo primero que hace es regañarte por haber mirado en Internet y lo segundo es comentarte realmente la situación de tu caso y lo que se debería hacer. Es cuando tú decides confiar en el especialista y afrontar la situación.
Esta situación en mi caso es una microtia, una malformación en un oído. Ya sé que dentro de todo lo que puede pasar es lo mínimo, pero no por ello ha sido menos preocupante para mí hasta saber toda la información y ver que no venía derivado de cualquier otro problema.
La microtia es una frecuente malformación que pude afectar a un oído (unilateral) o a los dos (bilateral). Generalmente el oído interno está bien y son el medio y el externo los que no están del todo formados.
Lo primero que hay que hacer y guiado siempre por tu pediatra, es descartar otras posibles alteraciones como en los riñones, corazón, cerebro… y ver mediante potenciales evocados auditivos si el otro oído (supuestamente bueno) está bien, en caso de microtia unilateral; por lo que si oye, puedes estar tranquila ya que la vida de tu hijo va a ser normal.
Si por el contrario no pasase esta prueba, se tendrían que ver otras soluciones como los implantes cocleares, para ello deberá ir a un especialista en otorrinolaringología que estudiará su caso en particular y decidirá lo mejor para su bebé.
Aunque es inevitable en estos casos, hay que tratar de no alarmarse ante cualquier anomalía, sino que hay que buscar la mejor solución y ser optimista ya que hay muchos avances médicos en estos momentos.
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